lunes, 2 de julio de 2012

Ganancias y el porqué en la Argentina de hoy es fácil "ser rico" aunque a los argentinos les cueste llegar a fin de mes




Por Gonzalo Chicote
Tal como diera cuenta iProfesional.com, el sindicato de camioneros es uno de los más afectados por la falta de actualización en el denominado mínimo no imponible (MNI), ya que fue uno de los más beneficiados a la hora de negociar los aumentos en las paritarias.
Pero no sólo ellos se muestran disconformes. En la actualidad, más de 1.700.000 asalariados se encuentran alcanzados por el impuesto que reduce su sueldo mes a mes. Más aun, se estima que superarán los 2 millones a fin de año, si no hay cambios en los próximos meses.



Por esta razón, las protestas que encabezó el líder de la CGT fueron compartidas conceptualmente por muchos empleados que se ven afectados y que no coinciden con las afirmaciones de la presidenta Cristina Kirchner, cuando  se refirió al gravamen como un impuesto a los altos ingresos.
Y fue justamente esta frase la que ha generado el mayor malhumor, ya que una comparación con los principales indicadores -que se utilizan para medir los niveles de ingresos- dan cuenta de una deficiente actualización de los parámetros del gravamen.
Al respecto, el consultor tributario Iván Sasovsky destacó que "la falta de reconocimiento por parte del Estado de la actualización de los valores en el Ganancias genera un desfasaje peligroso frente a la capacidad contributiva real de la población, ya que una de las variables se mantiene estática (o sin la movilidad suficiente) a valores nominales, cuando las demás fluctúan a valores reales a lo largo del tiempo". 
Ocurre que, comparado con varios indicadores -como el Salario Mínimo Vital y Móvil, el aumento en las remuneraciones logrado en las paritarias, la inflación y la evolución de los ingresos en dólares- los valores del mínimo no imponible fueron retrasando su marcha.
Así, según Sasovsky, se termina sometiendo al pago de impuestos a la población sobre valores nominales, que nada tienen que ver con la verdadera manifestación de riqueza necesaria para la configuración del hecho imponible, convirtiendo "virtualmente" en ricos a quienes no lo son
Del mismo modo, la consultora Betina Yerien destacó que "a través de los años y producto de la inflación constante en nuestro país, las tablas y valores a los cuales está sujeta la determinación del impuesto se fueron alejando de la situación real, distorsionando el espíritu del mismo". 
"Cada vez más personas de clase media (desde empleados en relación de dependencia hasta profesionales y comerciantes) comenzaron a ver su renta disminuida en valores irrisorios a su entender", disparó.

Un aumento disparejo
La especialista explicó que actualmente vuelve a consideración el tema del mínimo no imponible en Ganancias gracias a esta interminable carrera de aumento de salarios, inflación y alza de deducciones personales a modo de "parche" frente a la situación real.
En efecto, en cuanto a las subas salariales, basta comparar las cifras para detectar que la actualización realizada durante los últimos tres años, si bien fue necesaria, también resultó acotada.
En el siguiente cuadro se muestra tal comparativo:
Esos puntos de diferencia que se dieron en los últimos años han hecho que cada vez sean más los dependientes que quedan en la órbita del gravamen. 
Y esto es lo que produjo que, desde el 2007 a la fecha, se haya triplicado la cantidad de empleados que ven como, mes a mes, se reducen sus ingresos en favor de las arcas del Estado.
Pero existen otros factores que demuestran que las deducciones que pueden computar los asalariados (incluidas en el artículo 23 de la Ley) están desactualizadas, tal como la inflación.
En este sentido, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), destacó que "mientras el índice de precios mayoristas calculado por el INDEC aumentó entre diciembre de 2001 y abril de 2012 un 425%, los mínimos y deducciones del impuesto fueron ajustados para trabajadores casados y con dos hijos en un 380%".
En este contexto, la variación de precios versus el aumento del MNI produjo que el poder adquisitivo de los empleados en relación de dependencia fuera cada vez más reducido.

Salario Mínimo Vital y Móvil versus mínimo no imponible
Otro de los factores que demuestra que la frase de la Presidenta es, de alguna manera, cuestionable, surge de la comparación del Salario Mínimo Vital y Móvil con el mínimo no imponible.
Tal como demuestra el siguiente cuadro, los aumentos del MNI también fueron escasos, comparados con el SMVM:
Así, mientras en el 2009 el MNI representaba casi 4 veces el SMVM, en la actualidad la brecha se achicó a 3,5.
Consultado al respecto, Gastón Vidal Quera, Director del Departamento de Impuestos del Estudio J P O´Farrell Abogados, explicó que "los aumentos de sueldos de los últimos años, que se reflejan entre otros aspectos en la evolución del Salario Mínimo Vital y Móvil, produjeron importantes beneficios para los trabajadores, pero también para el Estado nacional, producto de la mayor recaudación de Ganancias". 
"Ello por cuanto el atraso en el mínimo no imponible ha llevado a que muchos empleados no perciban tanto el incremento, producto del mayor impacto del impuesto", agregó el especialista.
El piso "debería ajustarse en un 20% por lo menos, y también resultaría necesario modificar las escalas actuales del tributo para las personas físicas, ya que se da la situación de que cada vez más gente paga Ganancias, sin estar en verdaderas situaciones que ameritan tributar", concluyó Vidal Quera.

Salarios en dólares y Canasta familiar
Al momento de realizar un comparativo, Sasovsky analizó cómo fue la variación de los salarios en dólares respeto al impuesto.
"Si observamos los valores en moneda contante (dólares), se pueden identificar las variaciones regresivas del impuesto de manera sencilla, independientemente de la variable del efecto inflacionario", expresó el tributarista.
"Como se puede observar, la falta de actualización de las alícuotas aplicables a las personas físicas plantea un incremento del impuesto real que llega a superar en 2,5 veces el tributo que se pagaba hace poco más de una década, sobre la misma ganancia neta", sostuvo Sasovsky. 
Y destacó que "la propia ausencia de actualización de los valores genera una disminución de la 'progresividad' pretendida por esta forma de gravar el tributo; dado que a valores más bajos de renta el impuesto crece más rápidamente, en proporción a quienes ganan más".
Por otra parte, el especialista remarcó que "la mera comparación entre variables del propio gravamen nos puede llevar a perder de vista la variación de éstas sobre otros parámetros presentes en la vida cotidiana".
Sasovsky explicó que "del comparativo de las magnitudes tenidas en cuenta para la determinación del tributo que nos ocupa y del valor de la Canasta Familiar (a valores INDEC), surge que los valores de las variables relativas al Impuesto a las Ganancias se han incrementado en un 20% en los últimos 5 años".

Una deuda pendiente
Sin dejar de lado la necesidad de aumentar los valores del artículo 23 de la Ley del tributo, los especialistas explicaron que aún queda una deuda pendiente: modificar las escalas del artículo 90 de la norma.

"El Impuesto a las Ganancias es por naturaleza progresivo, por lo que a medida que aumenta la capacidad contributiva -o ganancia neta en este caso-, la tasa aplicable debe ser mayor. Es decir que el gravamen debe subir más que proporcionalmente al monto de renta percibida", destacó el consultor tributario Orlando Gualtieri.
"Sin embargo, con sólo realizar un simple cálculo, puede constatarse que con un sueldo de $40.000 mensuales, se llega a una tasa sólo 3 puntos por debajo de la máxima establecida en el artículo 90", explicó el especialista.
En efecto, un dependiente con esos ingresos, que está casado y tiene dos hijos, termina abonando una tasa efectiva del 32 por ciento.
De esta manera, según Gualtieri, la alícuota máxima (del 35%) será alcanzada por quienes obtengan ingresos que superan los $90.000 por mes, sin que surjan escalones intermedios significativos, impactando así con altas tasas rentas muy bajas.
"Y no sólo eso sino que, medido en términos efectivos, quienes obtienen montos mayores soportarán una tasa que será relativamente baja en comparación a los que sufrirán los de las escalas anteriores", indicó el experto.
Y concluyó: "Por esta razón, y sin perjuicio de las consideraciones acerca del mínimo no imponible, es mucho más urgente hacer una modificación de la tabla del artículo 90".

En el mismo sentido se expresó Mario Buedo, socio del estudio Montero & Asociados, quién destacó que "una de las cosas que habría que cambiar es el artículo 90 de la Ley de Impuesto a las Ganancias, que está vigente desde enero del 2.000 y cuya progresividad se ha desvirtuado totalmente, ya que el primer tramo de la escala va de $0 a $10.000, donde esta última cifra era equivalente a 10.000 dólares".
 "Si tenemos en cuenta cuánto se ha disminuido el poder adquisitivo de esos $10.000 desde el año 2000 a la fecha se puede entender cómo se desvirtuó el concepto de capacidad contributiva que conlleva el hecho de tener ingresos cada vez menores a partir de los cuales se empieza a tributar el gravamen", remarcó el especialista.
Así, según los expertos, no sólo corresponderá adecuar los valores de las deducciones del artículo 23 -entre los que se encuentran la ganancia no imponible y los descuentos por cargas de familia-, sino que también será necesario adaptar las cifras de las escalas del artículo 90 de la Ley de Ganancias.

Impuestos, 02 de julio de 2012.
Especialistas consultados por iProfesional.com dan cuenta de cómo evolucionó el mínimo no imponible en base a algunos indicadores, como el Salario Mínimo Vital y Móvil, la inflación, los incrementos logrados en las paritarias y la escalada de sueldos en dólares. Las conclusiones en cada caso

El Impuesto a las Ganancias ocupó el centro de todas las miradas, desde el momento en que el líder de la CGT, Hugo Moyano, comenzó a reclamar la eliminación del gravamen que recae sobre los empleados en relación de dependencia.











Fuente: IProfesional




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